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Condenaron en Brasil a 5 años y 10 meses de cárcel a la “narcodirigente” de Eldorado

Danna Florencia Báez (24) deberá purgar en régimen semiabierto. “La detenida actuaba en colaboración con una organización criminal”, entendió la Justicia del país vecino. El monto fue atenuado gracias a que confesó. La militante del PRO cayó el lunes 10 de julio de 2017 en Cascavel con seis kilos de cocaína que pretendía llevar a Ghana

PAQUETES. Los dos “sobres” con el clorhidrato de cocaína que llevaba Báez en su valija. Fue detenida el lunes 10 de julio de 2017.

La Justicia de Brasil finalmente falló en el caso de la “narcodirigente” misionera Danna Florencia Báez (24), apresada en ese país con seis kilogramos de cocaína.Nueve meses después de ser detenida, finalmente fue condenada a pagar cinco años y diez meses de prisión en régimen semiabierto.


Así se pudo confirmar en base a sus fuentes en el país vecino, quienes indicaron que la sentencia contra la joven oriunda de Eldorado y militante del PRO se conoció el último viernes al mediodía. En la misma, la Justicia Federal también la penó a una multa de 580 días de multa, esto es, un monto de dinero cuyo cálculo aún no fue realizado.
 
Báez fue hallada responsable del delito de “transporte de estupefacientes”, que al decir del Código Penal brasilero prevé penas que van desde los cinco hasta los quince años. La argentina recibió prácticamente el mínimo en virtud de que confesó casi de manera inmediata la autoría del hecho, tanto ante las autoridades policiales como -luego- frente a la Justicia.
 
La misionera actualmente vive en Toledo, estado de Paraná, 154 kilómetros al norte de Foz de Iguazú, donde debió fijar residencia. Se encuentra en libertad desde octubre último, tras permanecer tres meses en prisión y pagar una fianza de 20 mil reales -unos 120 mil pesos al valor de cambio actual-. En principio, permanecerá en esa situación hasta tanto la condena quede firme, en virtud de que la Justicia le reconoció el derecho de apelar en libertad.
 
“Recibí la valija ya preparada”
Tal como este matutino publicó en su momento en exclusiva, Báez fue detenida alrededor de las 16.30 del lunes 10 de julio de 2017 en Cascavel, a 140 kilómetros de Foz. Efectivos de la Policía Rodoviaria Federal (PRF) realizaban un control de rutina sobre la ruta nacional BR-277 cuando interceptaron un colectivo que se dirigía desde la Triple?Frontera hacia San Pablo.
 
En medio de esa requisa fue que se toparon con una valija que tenía un doble fondo, en la que había nada más y nada menos que seis kilogramos de clorhidrato de cocaína, además de prendas de vestir femeninas. Las pistas enseguida llevaron a las autoridades ante Báez. La detención de la joven, quien meses antes había participado en el Parlamento provincial de la Mujer, trascendió a los medios nacionales.
 
Se inició entonces la sustanciación de una causa ante la Cuarta Circunscripción Federal de Cascavel. La fiscalía a cargo del caso acusó formalmente a Báez por el delito de “transporte internacional de estupefacientes”.
 
El carácter de “internacional”, un agravante para la ley brasilera, quedó en evidencia primero ante los documentos encontrados entre sus pertenencias y, luego, ante la confesión de la joven. Entre sus cosas, los uniformados hallaron un pasaje de colectivo de Foz a San Pablo y un ticket aéreo desde San Pablo hasta Acra, capital de Ghana.
 
La primera testimonial de Báez permitió unir todos esos puntos y confirmar la ruta de la cocaína. La joven confesó que había viajado desde Eldorado -donde vivía- hacia Ciudad del Este (Paraguay), donde fue recibida por un árabe y un paraguayo. “Estas personas me contrataron para llevar la droga desde Ciudad del Este hasta Ghana, en África. Iría en colectivo desde Foz hasta San Pablo y ahí tomaría un avión para Ghana”,le dijo la misionera a la Justicia brasilera.
 
La argentina brindó más precisiones al respecto. Dijo que ese árabe junto al paraguayo, “se encargaron de hacer todos los arreglos para el viaje, comprar pasajes, reservar hoteles. Todo”, tras lo cual agregó que recibió la valija “ya preparada en un hotel en Paraguay”, aunque dijo no recordar el nombre del alojamiento.
 
Sobre la maleta, Báez dio más explicaciones. Aseguró que los narcotraficantes le habían pedido que trajera ropas para meterlas en el interior del bolso y disimular, a la vez que indicó que no llegó a ver la cocaína, pero suponía que estaba en un doble fondo. Agregó que tenía prohibido abrir la misma.
 
La condena
Con todos los elementos que obraban en el expediente, incluida la reserva de un hotel en Ghana, el juez a cargo de la investigación halló culpable a Báez y le fijó cinco años y diez meses de cárcel, no sin antes analizar los agravantes y atenuantes que dieron forma a esa pena.
 
El magistrado fijó la “pena base” en cinco años de prisión, pero sumó un año “ante la cantidad y naturaleza de la droga”. Sin embargo, aseguró que “reconozco como circunstancia atenuante la confesión espontánea, razón por la que reduzco la pena en un sexto”. La misma volvió a quedar en cinco años, pero se le sumaron los restantes diez meses en razón de tratarse de “tráfico internacional”. Quedó así fijada la sentencia en cinco años y diez meses.
 
Entre sus conclusiones, el juez indicó que “las circunstancias demuestran que la detenida, al momento de los hechos, actuaba en colaboración con una organización criminal” y que, pese a la confesión, “desde el comienzo ocultó a los responsables del esquema delictivo, de manera de no revelar a sus cómplices y no exteriorizar su modo de actuación”.
 
Sobre el final, el juez ratificó a Báez el beneficio de la libertad hasta tanto la causa quede firme, es decir, sea confirmada por un tribunal superior. “Reconozco a la detenida el derecho de apelar en libertad, llevando en consideración el régimen de pena aplicado, además de no existir cualquiera de los motivos legales que autorizan la custodia preventiva”, cerró.
 
Sobre la libertad y el régimen semiabierto
El fallo habilita a la misionera a permanecer en libertad hasta tanto la condena quede firme. No obstante, en caso de que aquello suceda, deberá presentarse ante la Justicia para cumplir la pena en régimen semiabierto.
En Brasil, el cumplimiento del mismo similar al de Argentina. En general, el condenado bajo esas circunstancias permanece alojado en una cárcel de mediana o mínima seguridad o, por ejemplo, en una colonia agrícola o industrial.
Dependiendo del régimen, puede permanecer, por ejemplo, cinco días a la semana tras las rejas y, los otros dos, gozar de la libertad. Claro que tienen innumerables restricciones que, en caso de no cumplirlas, pueden echar por tierra ese beneficio.
(P.E.)

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