El 10 de diciembre de 1983, precisamente 37 años atrás, el pueblo argentino recuperaba la Democracia y, con ella, el Estado de Derecho. Se ponía fin, de esta manera, a siete años de la dictadura cívico-militar que había llevado a la Nación a una de las etapas más dramáticas y sangrientas de la historia.
La fecha, en la que Raúl Alfonsín asumió a la presidencia de la Nación, quedó institucionalizada como el “Día de la Restauración de la Democracia”, por Ley N° 26.323 y es celebrada en todo el territorio nacional con el fin de promover los valores democráticos y resaltar su significado histórico, político y social.
La recuperación de la democracia fue posible gracias al accionar de diversos actores y organizaciones, entre ellos, los partidos políticos tradicionales, sectores del movimiento obrero y organismo de defensa de los derechos humanos.
El ejercicio democrático demanda de una dedicación permanente de los habitantes de la Nación y está basado en el cumplimiento de la Constitución, el respeto por las libertades públicas, la tolerancia política y la vigencia de los derechos humanos.