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En Misiones existe sólo una especie de cascabel. | Foto: Natalia Guerrero

Advierten que cascabeles atacan cerca de arroyos

Ayer se conoció la noticia de la muerte de un joven que fue picado por una serpiente cascabel en la zona del Cuña Pirú. Se trata de Gabriel Damián Gómez (24), quien se encontraba cazando cuando fue sorprendido por el reptil que terminó con su vida.

Ante el fatal caso, El Territorio dialogó al respecto con Roberto Stetson, coordinador del Programa Provincial de Estudio de Animales Venenosos del Ministerio de Salud Pública: “Dentro de mis conocimientos es el primer caso este año, es muy baja la cantidad de accidentes con este tipo de ofidio”, sostuvo. Y añadió que, si bien su hábitat es en zonas altas y rocosas, pueden desplazarse hacia un arroyo.
Según explicó, lo más común en Misiones es la mordedura de yarará, que representa alrededor del 86% de los casos. En tanto que la picadura de cascabel representa un 3% y la de coral sólo un 1%.
En relación al hecho fatal, Stetson explicó que al encontrarse sólo, el hombre prácticamente no tenía chances de sobrevivir, debido a la gravedad de la picadura. “Se necesita sí o sí el auxilio de otra persona. Lo que tienen las cascabeles es un veneno neurotóxico que actúa rápidamente y a los 30 minutos o antes la persona ya comienza a tener parálisis generalizada en el cuerpo”.
En este sentido, a la parálisis se le suman dificultades para respirar y para ver, “eso es progresivo y depende de la cantidad de veneno que fue inoculado”.
Agregó que se trata de “un veneno que avanza por las vías profundas, de muy bajo peso molecular y tiene un rápido ingreso al sistema nervioso central, lo que produce una parálisis que termina con un paro cardiorespiratorio”. De hecho, se dictaminó que el deceso del joven se produjo por esta causa.
Si bien aclaró que es difícil determinar cómo se efectuó el ataque, dijo que se encontraron huellas de picadura en la pierna del fallecido, como así también la escopeta con la que llegó a disparar la reptil. “La cascabel, a tres metros de distancia,  ya puede detectar la presencia de un ser humano y a medida que uno se va acercando hace su despliegue”, remarcó.
Según detalló el especialista, es importante distinguir entre una picadura y una mordedura: “Si inoculan veneno es picar porque utilizan unos dientes que son huecos, como un canal por donde pasa el veneno, son como agujas hipodérmicas”.
En cambio, cuando se trata de mordedura, no hay transmisión de veneno. “La mayoría de las serpientes tienen dientes solamente para morder, muy pocas tienen dientes inoculadores, los tienen sólo las que son venenosas y no son para morder porque inclusive son bastante frágiles”, aclaró Stetson.
En Misiones existen siete tipo diferentes de yarará, cinco de coral y una sola especie de cascabel. En el último caso, afirmó que “es una serpiente propia de nuestra fauna, en general las cascabeles están las zonas altas, rocosas, más secas para poder refugiarse, pero también hemos encontrado cascabeles al lado de un arroyo”.

Envenenamiento por serpientes en Misiones

En Misiones la picadura de serpiente (ofidismo) constituye la primera causa de envenenamientos producidos por animales ponzoñosos. En 2018 se notificaron un total de 561 casos en Argentina, de los cuales 158 corresponden a la provincia, lo que la posiciona como la primera en la región del NEA. Le siguen Corrientes (42), Chaco (18) y Formosa (13). Los datos se desprenden del Boletín de Vigilancia Epidemiológica Nacional. El alacranismo es la segunda causa con 6.200 casos en Argentina y 91 en Misiones; y finalmente el araneismo, con un total de 78 casos en la provincia en 2018 en relación a los 797 registrados a nivel país.

 

(El Territorio – Por Victoria Bergunker)

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