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Un cargamento que se frenó en la costa del río Uruguay. Foto: Web

Contrabando de soja: hay unos 30 pasos clandestinos en la costa del Uruguay

En la región del Alto Uruguay la actividad promueve el trabajo de jóvenes que ganan dinero en el proceso de descargar en puntos de acopio y preparar la mercadería en bolsas para el paso por canoas. El ingreso de camiones por pasos alternativos. Todo un aceitado proceso que no para

Son alrededor de 30 los pasos o puertos clandestinos que existen en un tramo de la costa del río Uruguay, especialmente desde la localidad de El Soberbio y Colonia Aurora, de acuerdo a lo confirmado por fuentes confiables a El Territorio.

Por esos puntos son los que pasan o intentan pasar los cargamentos de soja que ingresan de manera ilegal a la provincia por pasaso alternativos y eludiendo los puestos fiscales y que desde septiembre del 2020 se fue haciendo cada vez más frencuente mediante camiones con acoplados provenientes desde Chaco, Santa Fe y Buenos Aires.

Ya El Territorio había informado que por semana ingresan hasta cuatro camiones repletos de soja, provenientes de esas provincias e incluso hay quienes recordaron que en algunas oportunidades llegaron a pasar cuatro equipos en un lapso que no superó las tres horas.

El producto, adquirido en el mercado negro, es trasladado directamente a los depósitos clandestinos que hay en zonas un poco alejadas del casco céntrico -según contaron- y es fraccionada en bolsas de 50 kilogramos, que facilitan el transporte.

En esa instancia toma relevancia el trabajo de mucha gente en el municipio, sobre todo jóvenes, a quienes le pagan hasta 300 pesos por hora para que embolsen el producto. Esa tarea se concreta durante el día, ya que a la noche aprovechan para los cruces por el río.

La soja que llega nunca permanece más de 24 horas en suelo argentino y cada vez que se concreta el operativo de envío, se organizan para que del lado brasileño haya gente esperando el cargamento y lo guarde de manera inmediata pero lo más sigilosa posible.

Los lugares más frecuentes por donde se pasa el contrabando son Colonia Monteagudo y Paraje Sarandí, justamente donde se realizaron los dos últimos operativos que dejaron al descubierto, una vez más, la falta de seguridad en esa zona.

Es de público conocimiento en el pueblo la existencia de un lugar estratégico de la ruta costera en la que sacan el guardarrail cada vez que sea necesario, para deslizar las bolsas aprovechando la pendiente y luego las acomodan lo más cerca posible de la orilla del río.

La cantidad de soja que es enviada diariamente a Brasil, deja al descubierto una realidadconocida pero nunca atendida, que tiene que ver con la permeabilidad que existe en la frontera y que termina alentando a los contrabandistas.

En realidad, el envío de soja es lo que sobresale actualmente por la ganancia que obtienen, porque se manda o ingresan al país una variedad importante de productos, que van desde combustible hasta tractores o máquinas agrícolas, y ni hablar de electrodomésticos, confiaron.

La brecha cambiaria

La brecha cambiaria entre el dólar soja (el oficial menos las retenciones) y el blue originaron en esta provincia la explosión de una actividad ilegal que se expandió en varios pueblos de la costa del río Uruguay: el contrabando de soja a Brasil.

Del otro lado del angosto río, los brasileños pagan la soja en dólares o reales y sin retenciones. Cada camión carga unas 30 toneladas y hace unos días representaba unos $1.800.000, más del doble que el valor de la carga en la Argentina (a dólar oficial, menos retenciones).

El 21 de octubre pasado, el gobernador Oscar Herrera Ahuad encabezó un mega operativo donde se incautaron más de 200 toneladas distribuidas en ocho camiones. Fue el puntapié inicial de un operativo con controles muy exigentes y, desde entonces, dicen que la actividad se frenó ostensiblemente.

La región brasileña que limita con Misiones -que incluye a parte de los estados de Santa Catarina, Paraná y Rio Grande do Sul-, es una de las más prósperas del socio mayor del Mercosur, con la mayor actividad agrícola ganadera, pero también una gran cantidad de industrias metalúrgicas y textiles.

Los brasileños compran la soja para procesarla y hacer harina, aceita, pellets e incluso para reexportarla.

(El Territorio)

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