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Max Lucado dijo que el Espíritu Santo le ayudó a vencer la ansiedad durante terrible padecimiento del corazón

La batalla que tuvo Max Lucado cuando le diagnosticaron un aneurisma en una parte de su corazón le hizo afianzar su confianza más en Dios y como depender del Espíritu Santo debido a la ansiedad que experimentó durante su tratamiento.

Hace poco más de un año, al autor cristiano le hallaron un aneurisma en la aorta ascendente y el tratamiento al cual que fue sometido le causó una conmoción que causó todo tipo de emociones que jamás había experimentado, por lo que afirma que no dio un gran ejemplo de la fe que comparte con muchos a través de sus libros y predicaciones.

«En cuanto a lidiar con la ansiedad, realmente caí en espiral», dijo Lucado en una reciente entrevista sobre su nuevo libro “Help is Here” (La ayuda está aquí).

El diagnóstico según la definición de los médicos es un abultamiento y debilitamiento en la aorta en el punto anterior a la curva, por lo que se catalogó como “muy grande” y tuvieron que llevarlo a una cirugía a corazón abierto, tomando en cuenta de que para ese momento ya tenía más de 60 años, lo que se consideraba un riesgo.

«Tengo 67, casi 68 años. Y finalmente me doy cuenta del hecho de que no me estoy volviendo más joven. Aprendo lentamente. Seguía pensando: ‘Voy a esquivar todos estos importantes problemas de salud’. Entonces, durante los primeros dos o tres días, fue realmente una llamada de atención», expresó él sobre ese momento.

Tal noticia afectó su fe, comenzando a sentir ansiedad por cómo debía y tendría que manejar todo a partir de ese momento, y aunque no fue fácil hoy puede decir que en pocos días y con ayuda de la oración, logró vencer lo que le aquejaba.

«Tengo 67, casi 68 años. Y finalmente me doy cuenta del hecho de que no me estoy volviendo más joven. Aprendo lentamente. Seguía pensando: ‘Voy a esquivar todos estos importantes problemas de salud’. Entonces, durante los primeros dos o tres días, fue realmente una llamada de atención», contó.

La medicación que aun recibe no es fácil, ya que tiene como efectos secundarios como fuertes cambios de humor muy contrarios a lo que él ha tenido en su vida, «Siempre he sido un tipo bastante feliz y despreocupado. Pero cuando comencé a tomar este bloqueador beta, me encontré un poco triste», dijo.

Pero ha sido ese proceso el que le ha llevado a afianzar más su confianza en el poder del Espíritu Santo y a desarrollar compasión tanto por él mismo y por otros más que tienen luchas similares.

“En ese sentido, ha sido una bendición porque me ha hecho ser más consciente de apoyarme más en el Espíritu Santo, y también me ha hecho ser más compasivo con las personas que han batallado con cambios de humor o depresión, ya sea leve o severa, todos de sus vidas porque yo no. Me he ahorrado esa lucha en particular. Pero ahora soy mucho más compasivo con una persona que pasa por lo que puede estar sintiendo”, comentó.

Y esa misma enseñanza sobre la dependencia del Espíritu Santo y el clamor a Dios lo plasmó en su nuevo libro, en el que está alentando a otros a confiar en Dios para libertad y consuelo en momentos difíciles, ya que considera que es lo que el mundo necesita ante los índices de enfermedades mentales que las personas están sufriendo a causa del agotamiento y estrés.

“Somos personas agotadas, estamos agotados o absolutamente exhaustos”, aseguró diciendo que un 84% de personas según estadísticas viven estresados durante una semana.

«Eso significa que casi nueve de cada 10 personas que ves caminando por la calle sienten estrés. No es así como debemos vivir. Entonces el Espíritu da vida; la carne no ayuda en nada. Es decir, mis reuniones de ánimo, mis charlas de automotivación, que no me están ayudando. Necesito ayuda de afuera, ayuda de arriba», dijo.

Hizo especial énfasis en como el Espíritu Santo lo ayudó en el proceso debido a que cada día más personas no le reconocen como persona e incluso dudan de su existencia, aconsejando que los creyentes puedan buscar su presencia desde la humildad debido a las partes que se enfrentan por este mismo conflicto.

«En algún lugar en el medio está la persona temerosa de Dios, el estudiante que lee la Biblia, el discípulo, el seguidor de Jesús, que verdaderamente quiere todo lo que el Espíritu Santo le dará y no busca ninguna plataforma, no trata de presumir, pero siempre manteniendo un corazón humilde. Y creo que esa es la mejor postura en la que estar; esa es la postura que realmente crea la tierra a partir de la cual puede crecer el fruto del Espíritu Santo», instó.

Defendió las distintas características del Espíritu Santo como consolador y amigo durante el recorrido del camino de la vida, así como también la relación del creyente con la Trinidad por medio de la oración para “saciar el hambre del Evangelio renovado de poder”.

«Parece que nos hemos desviado un poco en términos de política y controversias. Que el Señor nos traiga un nuevo día en el que volvamos al mensaje sencillo de que Dios nos ama. Vino por nosotros, y ahora nos da poder. Y si fuéramos a ser una Iglesia del Espíritu Santo, Creo que volveríamos a ver ese tipo de efusiones», expresó.

Finalizó su mensaje diciendo que aunque no se está exento de la prueba, existe la garantía y la esperanza de que la leve tribulación sea momentánea ya que Jesús la padeció y la venció por amor a nosotros; descansando las cargas en el Señor será una mejor manera de enfrentar cualquier tipo de lucha, física o espiritual.

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