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Realizador vendió serie misionera a plataformas de EE.UU. y Francia

El amor es diverso, tiene mil formas y surge, muchas veces, de manera inesperada. En ese camino,  con identidades que se construyen paso a paso y a raíz de numerosas vivencias, elecciones, también nuevas historias se reflejan en la pantalla para hacer justicia a años de relatos uniformes y paternalistas.

Así, Todo lo que me gusta, la primera serie misionera LGBTQI+, explotó su potencial y aprovechó un año en que se filmó poco y se vio mucho streaming, como para venderse al mundo. Después de muchas gestiones, negociaciones, llamadas y más acuerdos, llegó a las plataformas internacionales. Queer Screen (Francia) y Dekkoo (Estados Unidos).

Tal como detalló su creador, Sergio Acosta, fueron dos ventas: una que incluye a todo un público de habla francesa, también en países como Canadá y Suiza, y el otro para estadounidenses, siempre con vistas de ampliar el recorrido a más regiones.

“Es un orgullo que una serie misionera, con misioneros, llegue a esos mercados”, entendió Acosta, que junto al director Guillermo Rovira siempre consideró el potencial de la historia para convertirse en un producto universal, desde una narrativa y una lingüística que lo acompañara.

“Creo que es una mezcla de factores. El primer paso es no traicionarse pero sí buscarle a la obra lo universal. Tiene que ver con esos pequeños detalles del principio. Si tus personajes hablan de una manera muy local o hacen chistes muy locales te va a entender un público muy cercano, pero después es muy difícil que lo entiendan en España o traducir ese chiste en un subtítulo en inglés. Tiene que ver con sacrificar pequeñas cosas y empezar a pensar el potencial desde la distribución y el desarrollo”, estimó Acosta.

Además, también explicó que dentro del negocio de la distribución hay cientos de posibilidades y por eso, TLQMG se asoció con Glowstar, prestigiosa compañía de distribución internacional, cuya estrategia fue apuntar a mercados por regiones. “La estrategia fue no ir por Netflix, que es mundial pero te pide exclusividad, sino partir territorios, quizás de volumen menor pero que le den valor a la serie y que le den la posibilidad de generar negocios a futuro con nuevos contenidos”, expuso el productor.

En esa línea volvió a destacar la importancia de que una serie misionera pudiera penetrar mercados tan difíciles como el norteamericano, donde el contenido latino es casi nulo. “Posiciona a los autores de la región en un lugar más internacional y permite generar un nuevo tipo de interés en la producción latina y generar nuevos contenidos en co-produccion o co-desarrollo con empresas internacionales”, agregó quien este 2020 de la mano de Carmen “Nuni” Ferreira tenía pensado dirigir su primer largometraje de ficción.

Ante el generalizado parate por la pandemia, Acosta manifestó que este fue un año, para “cranear nuevas ideas y para vender aquellos productos ya terminados”.

Cabe recordar que TLQMG cuenta la historia de Daniel, un joven heterosexual a punto de cumplir 30, que se enamora de su nuevo compañero de trabajo y comienza a descubrir el mundo LGBTQI+. Tuvo su estreno en Canal 12 pero muchos aún ansían poder verla, por lo que Acosta espera se pueda dar un gran estreno a nivel nacional.

Idea, guión y producción general de Acosta y dirección de Rovira, tiene las actuaciones de Milton Roses y Esteban Masturini como principales y suma interesantes aristas con Iván Moschner como el típico ‘metiche’ de la oficina que busca generar conflicto, y el argentino César Bordón, que se lució en la serie de Luis Miguel.

“El presupuesto es una decisión política: donde pongas el presupuesto te va a marcar el tipo de obra que hagas”, graficó Acosta al tiempo que recordó que es importante pensar cada detalle de la producción: elegir el casting: qué actores pueden reforzar, potenciar el afiche; qué dirá ese afiche que represente a la producción, el título y la foto, entre otras.

“Hay que invertir en actores, en guiones, en corregir esos guiones y levantar la vara de una producción. Ser creativos, no filmar todo en el living o la cocina, sacar buenas fotos durante el rodaje, rodearse de buenos técnicos… Son pequeños hábitos para que nuestras obras lleguen más lejos”, cerró, anticipando que el viaje de esta historia local con llegada mundial recién despega.

 

(El Territorio -Por Agustina Rella)

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