Home / Policiales / Wanda: hallan restos humanos e investigan si son de Andrés Estepa

Wanda: hallan restos humanos e investigan si son de Andrés Estepa

Fueron encontrados en el kilómetro 13 de la ruta provincial 19, cerca de Wanda y a unos diez kilómetros de donde desapareció el cazador. Lo buscan desde hace más de dos años.

La búsqueda del cazador Andrés Estepa (52), desaparecido desde hace más de dos años en el Alto Paraná misionero, sumó este sábado un nuevo capítulo, con la aparición de restos humanos en inmediaciones al lugar donde fue visto por última vez con vida. Así, renacen las esperanzas de, al menos, saber qué fue del vecino de Puerto Esperanza.
 
Fuentes policiales informaron que el hallazgo se produjo cerca del mediodía de ayer en el kilómetro 13 de la ruta provincial 19, a esa misma distancia del casco urbano de Wanda y unos diez kilómetros al norte de donde fue visto con vida por última vez Estepa.
 
Según pudo saber PRIMERA EDICIÓN, un mecánico domiciliado en la zona divisó un can que llevaba un hueso de importantes dimensiones. Entonces decidió investigar y descubrió, metros adentro de la densa vegetación de la zona, un esqueleto humano.
 
Tras recibir la denuncia telefónica, arribaron a la escena efectivos de la comisaría de Wanda y de Criminalística de la Unidad Regional?V, con asiento en Puerto Iguazú. En la escena confirmaron además el hallazgo de restos de una remera a rayas de color blanco y rojo.
Por orden del magistrado Osvaldo Rubén Lunge, titular por subrogancia del?Juzgado de Instrucción 3 de la Tercera Circunscripción Judicial, con asiento en Puerto Iguazú, los restos fueron retirados y trasladados a la Morgue Judicial. Allí serán sometidos a pericias para posteriores cotejos genéticos con los familiares del cazador extraviado.
 
Ninguna novedad
El miércoles 14 de agosto de 2013 Estepa salió temprano de su casa del barrio San Cayetano de Wanda en compañía de un amigo que lo llevó hasta el Paraje Esperanza Centro, a unos 25 kilómetros del casco urbano de Esperanza, hacia el centro de la provincia.
La idea de Estepa, criado en el monte, era aprovechar el día para cazar y regresar por la noche. Por eso quedaron en reencontrarse con ese amigo en horas de la tarde en el mismo punto donde se habían despedido por la mañana. Sin embargo, eso jamás sucedió.
Como Estepa no aparecía, luego de buscarlo por algunos minutos el amigo decidió conducir hacia Wanda y dar aviso a uno de los hijos del cazador. La situación era inesperada. Pese a su conocimiento de la zona, Estepa sabía que no era conveniente pasar la noche en el monte.
El hijo de Estepa no lo dudó un segundo y junto a familiares y amigos montó una búsqueda por la zona. Al otro día regresó por la mañana. Y también por la tarde. Sin resultados, dio entonces aviso a la Policía. Desde entonces el paradero de Estepa es un misterio.
El último rastro de Estepa se conoció días después de su desaparición, cuando se supo que dos “ñandúes” -como se conoce a los cuidadores de la empresa privada a la que pertenece ese sector de tierras- lo cruzaron en medio de un “sobrado”, una suerte de “balcón” improvisado instalado en los árboles cerca de los “saleros”, utilizados para atraer animales. Ante la Justicia, los “ñandúes” reconocieron haberse cruzado con Estepa.
Aseguraron además que le pidieron amablemente que se retirara del lugar, a lo que, pese a resistirse, finalmente accedió. En medio de ese supuesto diálogo, los cuidadores le tomaron varias fotos. Esas imágenes son las últimas que se conocen del cazador.
Ya descartado el ataque de un animal -habría dejado rastros en la zona- la familia del cazador desde siempre insistió en que el caso no se olvide y la investigación continúe hasta dar resultados. Ayer, con el hallazgo de esos restos humanos, al menos confían en poder cerrar el círculo. Para conocer los resultados habrá que esperar. El tiempo resultará clave.
(PE)

Comentários no Facebook