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Las lobitas de río empiezan a adaptarse a su nuevo hogar en Iguazú

La pareja llegó al Güirá Oga el lunes 13 de febrero desde Buenos Aires, en el marco de un proyecto de recría de la especie. Se trata de una variedad que se encuentra en peligro de extinción en la zona del lago Urugua-í

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Provenientes del Zoológico de Buenos Aires, una pareja de lobitas de río, de la subespecie conocida como Lontra longicaudis platensis, llegaron al Güirá Oga (Refugio de Animales Silvestres) de Puerto Iguazú para formar parte del proyecto de recría que lleva adelante esa institución. 

 
Un lobito de río macho de tres años y medio es el anfitrión, que aguarda que se cumplan todos los protocolos para lentamente comenzar a entablar amistad con sus nuevas compañeras.

 
“Estos bichitos lamentablemente se encuentran en peligro, más en nuestra  provincia, pero en realidad en toda su área de dispersión. Van sufriendo drásticas desapariciones, fundamentalmente por la caza furtiva y porque el hombre va ‘colonizando’ sus lugares preferidos. Estos animalitos no son muy compatibles con lo que normalmente se construye, como los estanques para peces, porque ellos se meten adentro y diezman toda la población de peces”, comenzó explicando a PRIMERA EDICIÓN Jorge Anfuso, fundador y director de Güirá Oga junto a  Silvia Elsegood.
 
En el Lago Urugua-í, comentó Anfuso, “en el año 2003 habíamos censado unas 14 parejas de lobitos de río. Hoy apenas hay solamente dos, confirmadas. Estamos trabajando permanentemente en el lugar y vemos la merma que hay. Todo se debe a la depredación y a los estanques legales e ilegales de la zona adonde suelen ir los lobitos y los terminan matando. Ese es un problema grave que tenemos que resolver”.
 
Más adelante, Anfuso detalló que hace varios años vienen trabajando en un proyecto en conjunto con el Ministerio de Ecología para la cría del lobito de río en cautiverio, algo sobre lo que se sabe muy poco, incluso de su biología. “El lobito de río fue poco estudiado, el primo hermano mayor de ellos, el Lobo Gargantilla se extinguió o prácticamente lo estaría, porque deben pasar 20 años para declararlos extintos y por ahí hay noticias de la presencia de él en arroyos del Brasil. Uno de los últimos lugares que habitaban eran los arroyos Iguazú y Urugua-í. Cuando se hizo la represa terminó el Lobo Gargantilla, el grande, porque hasta el año 85 u 86 se los podía fotografiar, después no se los vio más”.
 
El “dueño de casa”
En Güirá Oga el lobito de río había llegado desde otro lugar, desde “El Puma”, en Candelaria. “El macho fue cedido por el Ministerio de Ecología que estaba en El Puma, suelto y se metía en los piletones de cría de peces. Para evitar tener que encerrarlo se decidió traerlo acá donde se le construyó un piletón bien grande hasta que consiguiéramos, de acuerdo al proyecto, las hembras. Cuando fue el traslado de los primeros animales del zoo de Buenos Aires para acá nos dijeron que tenían a dos lobitas, después se hicieron todos los trámites pertinentes y así llegaron”, relató Anfuso, muy entusiasmado. 
 
Luego siguió detallando que “ahora están en cuarentena por protocolo, se les sacaron muestras de sangre, tejidos y todo lo necesario para que se pueda certificar que están muy bien de salud antes de trasladarlas junto al recinto del macho”.
 
Anfuso remarcó que “a las lobitas no se las pondrá de entrada junto al macho, sino que la mitad del recinto estará ocupado por ellas y la otra por él, hasta la misma pileta estará dividida, se podrán ver y oler pero si llegaran a pelearse no alcanzarán a tener contacto. Serán observados las 24 horas por videos o personalmente, después de eso empezaremos con los ensayos de ponerlos juntos de a poco. El macho nunca tuvo conexión con otro de su especie. Nosotros le pusimos un espejo para que conozca a otro de su especie porque sino tomaría como un predador a cualquier otro”.
 
Fotos: Gentileza Güirá Oga

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