Lo que vemos en la imagen superior no es realidad virtual, una exhibición artística o la última app de realidad aumentada. Es una ilusión óptica, con la salvedad de que está en la carretera, espacio donde Islandia pone a prueba a los conductores con este curiosísimo (y peligroso) experimento.
La idea, escriben en Gizmodo, como nos podemos imaginar, tiene una base “buena”, es decir, se trata de que el conductor frene el vehículo al encontrarse con el paso de cebra o peatonal más extraño y psicodélico de la historia, pero nos preguntamos si, a cambio de reducir la velocidad, no se producirán otro tipo de accidentes derivados de la “obra”.