El complejo caso tiene también a una mujer demorada y a su hijo prófugo
Rubén Ayala (59), dueño de un bar en Alba Posse, murió por un aplastamiento facial con pérdida de masa encefálica. El agresor confesó el hecho y está detenido
El dueño de un bar en la zona rural de Alba Posse fue brutalmente asesinado a golpes luego de una discusión el último domingo por la noche. La sangrienta secuencia fue el desenlace de una larga disputa entre dos hombres que involucra a la expareja de ambos.
El presunto asesino, en tanto, se encuentra detenido a disposición de la Justicia luego de ser asistido tras recibir un disparo de arma de fuego. El tiro habría sido efectuado por el hijastro de la víctima, quien no logró evitar la tragedia y hasta anoche se encontraba prófugo.
La víctima fue identificada como Rubén Orlando Ayala (59), mientras que el herido fue identificado como Alejandro Rodríguez Da Silva (33). La primera versión indicaba que la pelea de ambos empezó luego de que Ayala discutiera dentro del bar con su ex pareja, quien también tuvo una relación con el más joven de los involucrados.
Sin embargo, esto fue desestimado luego por la mujer, que también está detenida ahora.
Según pudo reconstruir El Territorio en base a fuentes de la Policía de Misiones, el bar que se convirtió en escena del crimen se llama “El Momento” y está ubicado en el Paraje 9 de Julio de Alba Posse. Hasta allí fueron requeridos los efectivos de la comisaría local cerca de las 21.30 en razón de que había una persona fallecida.
Al llegar al sitio la patrulla se encontró con Ayala tirado en el piso frente a su propiedad, sin vida y con el torso desnudo. Estaba rodeado de sangre, con la cara prácticamente desfigurada. No había nada por hacer, por lo que los efectivos llamaron a la Policía Científica, el médico policial y dieron aviso a la Justicia.
Asimismo, fueron notificados de que el presunto agresor había ingresado al hospital local y estaba siendo asistido por profesionales médicos. Había llegado allí por sus propios medios, con un disparo de arma de fuego en el antebrazo derecho y estaba siendo estabilizado.
Antes de ser trasladado a la Capital del Monte Rodríguez Da Silva llegó a dar una versión de lo sucedido, la cual deberá ser corroborada con la investigación y testimonios de los presentes. Por el momento no tiene validez judicial y tampoco mucho sustento en los elementos de la causa.
Relató que poco antes de las 21 llegó al mencionado bar junto a Leila A. (46), su pareja. En determinado momento Leila empezó una discusión con el dueño del bar, Ayala, con quien había mantenido también una relación en el pasado. Y fue en esa instancia que empezó la pelea de los dos hombres.
Los detalles aquí escasean, pero lo cierto es que ese conflicto se elevó hasta que, siempre según el relato de Rodríguez Da Silva, el propietario del lugar extrajo un arma de fuego y le disparó. Fue entonces que lo atacó a golpes hasta matarlo, para luego subirse a un Jeep de su propiedad e irse al hospital.
Lo cierto es que la paliza fue tan brutal a tal punto que el médico policial que revisó a la víctima determinó que tenía un politraumatismo de cara y cráneo con aplastamiento facial craneal y pérdida de masa encefálica.
Esa materia gris, según señalaron fuentes que intervinieron en el caso, fue hallada en las prendas de vestir del detenido, un pantalón azul y zapatos náuticos blancos cuya pisada es coincidente con la hallada en la escena. También se incautó el vehículo en el que se movilizaba.
Ayala fue llevado a la Morgue Judicial para la realización de la correspondiente autopsia, mientras que se ordenó que se le haga un test de parafina para establecer si manipuló un arma de fuego, ya que la que presuntamente fue utilizada por él no fue hallada en el lugar.
Caso complejo
Sin embargo, la investigación siguió y los pesquisas empezaron a reconstruir un caso cada vez más complejo. En primera instancia, en la mañana de ayer pudieron dar con Leila, quien se domicilia en la ruta costera 2, quien quedó demorada por orden de la Justicia.
La mujer expresó que vio cuando ambos hombres empezaron una discusión “por celos hacia ella” y que en esa instancia salió corriendo del lugar, enterándose del desenlace una vez que estaba en su domicilio. Contó que con Ayala tiene un hijo de 11 años, pero que estaban separados hace cinco, mientras que con Rodríguez Da Silva había terminado la relación hace más o menos una semana.
Los investigadores incautaron prendas de vestir que habría utilizado esa noche y dos celulares, siendo uno perteneciente a la víctima Ayala. El dispositivo estaba dentro de su casa y fue entregado por la hermana de la mujer, a quien también se le practicó la parafina.
Pero a esta historia de conflictos, celos y violencia extrema se sumó ayer por la tarde un nuevo elemento y un nuevo actor, quien se encontraba al cierre de esta edición en condición de prófugo. Se trata del hijo mayor de la demorada, quien tenía mucha afinidad con Ayala, con quien vivía.
Los investigadores de la Unidad Regional XI accedieron a las cámaras de seguridad de un vecino del bar donde ocurrieron los hechos, determinando así cómo fue la secuencia. En las imágenes se estableció cómo Rodríguez Da Silva llegó a la propiedad del fallecido y luego de unos minutos fue agredido de un tiro por un tercero, antes de irse.
Conforme a esto se trazó la siguiente secuencia: el hijastro de Ayala, de unos 20 años, vio cómo el hombre estaba siendo agredido y le disparó al presunto homicida. El joven también se dio a la fuga, llevándose así el arma utilizada en el hecho.
Una pelea que predijo el desenlacE
Los conflictos entre Ayala (59) y Rodríguez Da Silva (33) quedaron evidenciados en los antecedentes incorporados por la Policía de Misiones.
Se establecieron denuncias recíprocas por hechos ocurridos el 7 de noviembre del 2022. Rodríguez Da Silva denunció por “amenazas” a Ayala, mientras que éste denunció “lesiones y amenazas”.
Ambos hechos quedaron registrados en los sumarios judiciales 134/22 y 135/22. Intervino el Juzgado de Instrucción Uno de Oberá, quien ordenó la notificación de la causa a ambos.
Ayer el cuerpo de Ayala fue entregado a sus familiares para la correspondiente inhumación luego de la correspondiente autopsia.
La misma arrojó “muerte por aplastamiento facial y de cráneo con pérdida de masa encefálica”.
Por otro lado, Rodríguez Da Silva está fuera de peligro y fue dado de alta del Samic de Oberá, por lo que quedó alojado en una celda. No pudieron extraerle la bala, que quedó alojada en su brazo.
FUENTE EL TERRITORIO