Home / Policiales / “Se cansó de decir que Angélica no iba a vivir con otro si no era con él”
Juan Carlos Baungart (29) negó las acusaciones ante el Tribunal.

“Se cansó de decir que Angélica no iba a vivir con otro si no era con él”

Sereno, claro y firme en sus conceptos, el principal testigo contra Juan Oscar Baungart (29) ratificó la acusación que sentó las bases para la imputación por el brutal homicidio de Angélica Suárez (20), cuyo cuerpo sin vida fue hallado en aguas del arroyo El Soberbio dentro de una valija, el 6 de julio de 2016.

Ayer, en la primera audiencia del juicio oral y público, Miguel Ángel Pereyra (21) testificó ante el Tribunal Penal Uno de Oberá y confirmó los detalles que citó en la instrucción con relación al acusado.
Pereyra fue el remisero que trasladó a Baungart desde su domicilio, en el barrio Itatí de El Soberbio, hasta inmediaciones del puente del arroyo homónimo, lugar donde descendió con la misma valija donde días más tarde encontrarían el cadáver de la víctima.
El testigo recordó que entre el 1 y el 16 de junio del 2016 trabajó en la remisería de su familia, circunstancia por la que una tarde tomó a un pasajero en un supermercado mayorista local.
“Yo trabajaba en el primer turno y me dirigí al supermercado Ceferino, donde me esperaba este señor (Baungart). Cargamos su mercadería y nos fuimos por avenida San Martín hasta el barrio Itatí, donde vivía. Me indicó que estacione frente a la casa, bajó sus cosas y le pregunté si ya estaba, ante lo cual me pidió que avance hasta la galería porque quería cargar unas herramientas, pero el auto tocaba abajo. Entonces buscó una valija, cargó en el baúl y me dijo que tenía que llevar unas herramientas hasta una carpintería, pasando el puente. Llegamos al lugar, bajó la valija mientras que yo le sostenía la tapa del baúl porque si no, se cerraba; me pagó y se fue por un trillo”, detalló.
Remarcó que en el lugar no existe ninguna carpintería y agregó un dato estremecedor: “Él dijo que tenía herramientas en la valija, pero hizo mucha fuerza para alzarla y se notaba que estaba pesada”.

La excusa del remís  

El expediente 81.626/2017 está caratulado como “homicidio agravado en concurso real con el delito de desobediencia judicial”, esto último relacionado a los antecedentes de violencia doméstica contra Baungart.
La víctima fue vista por última vez entre el 12 y 13 de junio del 2016 y su cadáver fue hallado el 6 de julio, es decir 23 días después de su desaparición.
Según la requisitoria de elevación a juicio leída ayer, el 13 de junio por la tarde Baungart hizo compras en el mayorista Ceferino, donde solicitó un remís y acudió el citado Pereyra.
Se estima que ese mismo día el imputado estranguló a Suárez, con quien tuvo una hija, e inmediatamente colocó su cadáver en la valija, ya que de otra forma sería imposible por acción del rigor mortis.
La compra en el comercio habría sido una excusa para llevar un remís hasta su casa con la intención de trasladar el cuerpo hasta la zona del arroyo donde fue descartado.
Una vez en el lugar, tal como recordó ayer el principal testigo, el acusado tomó la valija y descendió por un trillo que concluye en el arroyo donde hallaron el cadáver.
En la instrucción, Josué Suárez -hermano de la víctima que al momento del hecho vivía en la misma casa- declaró que el 12 de junio volvió de trabajar y Angélica ya no estaba.
Transcurridos dos días de la desaparición quiso dar aviso a sus padres, ante lo cual Baungart le dijo que no era necesario y que le compraría una moto si guardaba silencio.
En tanto, el 14 de junio el sospechoso radicó una exposición policial dando cuenta de la desaparición de la joven, ocasión en la que relató que un día antes se fue de la casa llevándose una valija con ropa.
Finalmente, fue durante la jornada del 6 de julio cuando dos menores que pescaban a bordo de un bote en el arroyo El Soberbio divisaron el cadáver y dieron aviso a las correspondientes autoridades.

“Él la mató”

El testimonio más sentido de la víspera fue el de Teresa Da Silva, la madre de Angélica Suárez, quien manifestó que el acusado era muy celoso y por eso discutían mucho.
“Él (apuntando a Baungart) se cansó de decir que Angélica no iba a vivir con otro si no era con él. Siempre que iba a la casa de ellos veía que discutían. Nunca vi que le pegue, pero ella siempre me decía que él era una cosa delante de nosotros y otra cuando estaban solos”, manifestó frente al Tribunal.
También indicó que su hijo Josué vivía con la pareja y fue quien le contó que la hermana estaba desaparecida.
“Mi hijo me comentó que Baungart dijo que se fue a Buenos Aires, siendo que él la mató y puso su cuerpo en la valija”, afirmó con la voz cortada por el llanto.
“Hizo una cosa muy escondida”, graficó, al tiempo que subrayó: “Tiene que pagar por lo que hizo. Le sacó la madre a mi nietita cuando tenía un año y cinco meses”.
En la continuidad de su relato, además, precisó que fue otra de sus hijas, Yésica Suárez, quien a los pocos días de la desaparición de Angélica llamó al teléfono de su hermana, pero atendió otra persona que se hizo pasar por ello y dijo que estaba en Buenos Aires.
Da Silva aseguró que la valija donde hallaron el cadáver de su hija era propiedad del acusado, a quien calificó como “el asesino”.
Contó que Angélica se llevaba mal con su pareja y tenía intenciones de formalizar con su entrenador de boxeo.
Asimismo, reconoció que en principio creyó en la inocencia de Baungart y hasta lo visitó en la Comisaría de San Vicente. “Cuando le fuimos a visitar ni me miraba. Estuve cinco minutos y salí”, recordó.
Marcelino Suárez, padre de la víctima, subrayó que nunca creyó que su hija se fue por su voluntad porque no dejaría a su beba, al tiempo que confirmó que la pareja discutía mucho por celos.
“Él (por Baungart) lloraba y decía que era inocente, y le culpaba al profesor de boxeo. Ahora espero que se haga justicia”, remarcó.

Negó los cargos

De profesión albañil, con instrucción hasta cuarto grado de primaria, Juan Oscar Baungart se mostró impasible frente al Tribunal, negó los cargos en su contra y contradijo la versión del remisero que lo incriminó.
Incluso, sobre la denuncia que oportunamente derivó en su exclusión de hogar, afirmó que la víctima se lastimó sola la mano y lo acusó.
Sobre la desobediencia judicial en su contra, afirmó que “nadie me dijo que tenía que salir de mi casa”, aunque reconoció que un policía le llevó un papel.
Con relación a la jornada del 13 de junio, el hombre comentó que de mañana fue a trabajar, regresó al mediodía y almorzó junto a su concubina.
“Ella cocinó”, aclaró, tras lo cual “me acosté la siesta y cuando me levanté ella ya no estaba. Como siempre salía esperé un rato, pero no volvió. Entonces, como me tenía que ir a trabajar, le llevé a mi beba a la casa de mi mamá, que vive al lado”.
“A la tardecita me fui al supermercado Cinco Hermanos para hacer compras y pedí un remís. Bajé las cosas en casa, le pagué al remisero y fui a la casa de mi mamá a buscar a mi beba”, agregó.
En esta frase su testimonio desestimó lo dicho por el remisero Pereyra en varios puntos, como el nombre del comercio donde hizo las compras y el viaje posterior hasta la altura del puente del arroyo El Soberbio.
Y luego se puso en el lugar de víctima: “No sé por qué el remisero dice esas cosas. Él ni llegó en mi casa, quedó como a 20 metros. Lo que dice es mentira”.
Reconoció que la relación de pareja venía desgastada porque Angélica era muy celosa y dio a entender que había algo más que una relación profesional con el entrenador de boxeo.
“Ella siempre salía y no avisaba. Si yo fuera celoso no le hubiera dejado que entrene boxeo, más sabiendo que el entrenador le mandaba mensajes”, aseguró.

Denuncia y alerta previa

Según se conoció en la víspera, el 31 de marzo del 2016 el Juzgado de Familia de San Vicente ordenó la exclusión de hogar y prohibición de acercamiento de Juan Oscar Baungart por una denuncia de Angélica Suárez. La medida se fijó por un lapso de 90 días.En tanto, para el 25 de junio del mismo año estaba prevista una audiencia entre las partes. Para ese entonces la víctima ya llevaba muerta doce días y su cadáver flotaba en el arroyo El Soberbio dentro de una valija.Ya en la instrucción, Josué Suárez reconoció la valija como propiedad del imputado porque dormía en la pieza donde la guardaban. La ronda de testimoniales de ayer se completó con Diego Ramírez y Ulises Edmann, ambos de 19 años, quienes el 6 de junio del 2016 hallaron el cadáver en el arroyo. Estaban pescando a bordo de una canoa y divisaron un bulto. “El arroyo estaba bajo y el agua limpia. Nos acercamos y vimos una pierna y la cabeza saliendo de la valija”, precisó Edmann. El mismo joven dio aviso a las autoridades. Los testimonios de Andrea Da Silva y Yésica Suárez -hermanas de la víctima y ausentes en la víspera- serán incorporados por lectura. Hoy será el turno de otros cuatro testigos, tras lo cual se escucharán los alegatos y la sentencia.
(El Territorio – Por Daniel Villamea)

Comentários no Facebook